Los últimos meses han estado
plagados de informes en la prensa local acerca de la magnitud que tendría la
continua reducción del tipo de cambio en nuestra economía. Antes de exponer las
ideas, quiero sentar preguntas básicas que hoy se hallan en la mesa de debate:
¿Qué le espera al Perú en caso que el tipo de cambio continúe en caída? ¿Cuáles
son las medidas a tomar? ¿Qué necesitamos del contexto internacional?
El tipo de cambio es simplemente
la relación de una moneda con otra. Pactado desde que salió de vigencia el
patrón de oro-sistema que fijaba el valor de las monedas mundiales en relación
a la cantidad de oro- en 1971, el tipo de cambio mundial se ha fijado
usualmente con relación al dólar, reconocida esta como la moneda más universal
debido a la preponderancia mundial que tuvo Estados Unidos como la nación
hegemónica del mundo durante las últimas décadas. Para entender de manera
práctica el tipo de cambio, entiéndase a los dólares como papas. Ambos son
productos comercializables, ambos tienen mercados, uno de bienes (materiales) y
otro de dinero (billetes). Mientras más papas hay en el mercado de bienes, menor
es su precio. Con el dólar se mantiene la misma lógica: mientras más cantidad
de dólares se comercialice en el mercado
de dinero, menor será su valor.En el mercado de dinero peruano hay en la
actualidad una gran cantidad de dólares debido a la entrada masiva de dinero
extranjero, hecho que explica su reducido valor. Así, en el Perú en estos
momentos el tipo de cambio se sitúa aproximadamente en S/. 2.55 por dólar.
El contexto actual que vive el
país (y en general América Latina) sumado a las crisis en las economías de los
países del primer mundo, quienes se han visto obligados a aplicar peculiares
remedios en pos de combatir estas nuevas “epidemias”, han creado un escenario
singular. Las nuevas decisiones tomadas por la Reserva Federal-la máxima
autoridad económica de los Estados Unidos- de emitir más cantidad de dólares a
los mercados del billete junto con tasas de intereses bajas y ciertas
regulaciones legales que incentivan a sus bancos a invertir para sacar al país
de la crisis mediante la reducción del desempleo son las nuevas reglas del
juego económico norteamericano.Históricamente el Perú siempre tuvo crisis
cambiarias: los dólares eran muy escasos porque había poco dinero extranjero,
lo que les merecía un alto valor. Esto era fiel reflejo de las desastrosas
políticas económicas dadas entre los años sesentas y ochentas: las
incompetentes políticas proteccionistas, la torpe administración estatal de las
principales empresas, la desmesurada inflación causada por la demagogia
populista y los desordenados balances fiscales habían arruinado la economía
nacional, alcanzando su mayor punto de crisis durante fines de los ochenta. Sin
embargo, actualmente, y gracias a la política liberal iniciada en los noventa,
nuestro país ha ido experimentando elevados índices de crecimiento como nunca
antes en su historia. Consecuentemente, el sostenido crecimiento ha resultado
muy atractivo para el observador internacional, quien hoy en día no duda en
invertir en el Perú debido a la confianza y a la estabilidad macroeconómica.
Pero en otros aspectos, el nuevo
escenario no ha sido muy favorable. Si bien este nuevo marco es reflejo de un
buen manejo económico, la depreciación del dólar no ha sido bien vista por los
sectores exportadores ni por aquellos que buscan competir contra las
importaciones. De seguir la tendencia del tipo de cambio a la baja, esta
llevaría a una crisis en diversos sectores tales como agroexportación, textil y
más productos industriales, ocasionando grandes despidos y bancarrotas ya que
el dinero que ganan vale cada vez menos en moneda nacional. El Banco Central de
Reserva solo ha podido atenuar la caída para que esta no sea virulenta, pero no
puede evitar que en el largo plazo siga en picada. Y el gobierno ya ensaya
propuestas de ley para intentar poner un freno a este impase, pero la solución,
de darse, no será inmediata puesto que requiere todo un proceso.
Este no es, sin embargo, un
problema privativo del Perú en el escenario regional. Vecinos nuestros que
también presentan gran dinamismo en sus economías, tales como Chile, Colombia,
Brasil y México, se han visto inmersos en la misma coyuntura. La política
macroeconómica primermundista, que ha empleado el uso de la “maquinita” al
emitir gran cantidad de billetes en su intento por paliar los efectos de la
crisis iniciada en el año 2008, ha creado una marea de dólares y demás monedas
que han ido a refugiarse a las economías emergentes de todo el mundo buscando
un lugar donde estén sanas y salvas.Es positivo en un inicio puesto que permite
la reactivación económica de la región en un contexto mundial recesivo y les
permite acumular reservas para combatir la volatilidad de precios de los
mercados internacionales, pero sectores como la ganadería y la manufactura se
han visto seriamente afectados, llegando a la quiebra y al cierre de empresas e
industrias ya que la cantidad de dinero en términos de moneda nacional es cada
vez menor.
Las propuestas para aliviar la
marea no se han hecho esperar. En Brasil, el más afectado en este aspecto, ya
se han impuesto controles de inversión-para disminuir la cantidad de dinero que
entre del exterior- ya que la abrumadora cantidad de dólares le atenuó el
crecimiento. En Costa Rica ha desatado controversia la propuesta de incremento
de impuestos a los flujos de capital extranjeros. México mantiene relajadas sus
políticas: no hace cambios legales significativos, puesto que busca captar
divisas para blindarse en caso de una crisis internacional.En Chile, Perú y
Colombia los bancos centrales han sido presionados para mantener su labor
intervencionista e inclusive los parlamentos debaten medidas más rigurosas como
aumentar el porcentaje de dinero de reservas
-conocido comúnmente como encaje- para sacar dinero del mercado. Se ve
como una posible solución incentivar a las empresas locales a invertir fuera
para retirar los dólares de las economías. Perú ha anunciado una singular
medida: cancelará gran parte de su deuda externa para quitar divisas del
mercado de dinero y así atenuar su devaluación.
Es innegable que la región entera está en actividad contra lo que será
un problema regional este 2013.
El contexto internacional también
jugará un rol importante: el inacabable problema del abismo fiscal
norteamericano-caracterizado por el aumento de impuestos y disminución de los
programas sociales-, la crisis económica europea y la posible salida de
Inglaterra de la Eurozona, la incertidumbre y las paradojas que encierra la
economía China, los estragos que atraviesa medio oriente sumido en guerras
civiles y la lenta recuperación japonesa son variables que estarán presentes a
la hora de tomar decisiones. El escenario mundial se presenta anubarrado, pero
aun así el entusiasmo no ha menguado.
Al Perú solo le queda impulsar
medidas para aliviar el maretazo verde y mantener los demás parámetros económicos
en línea. Julio Velarde, presidente actual del Banco Central de Reserva (BCR)
se ha pronunciado al respecto opinando que la caída del precio del dólar no
será tan dramática, pero no descartó aumentar la tasa de interés-que
actualmente es de 4.25%-. Al respecto, dijo lo siguiente:
“No lo descartaríamos, pero no hay tanto ingreso de
capitales al mercado de portafolios por la tasa de interés de referencia sino
por la emisión de bonos en dólares en el exterior de parte de algunas empresas
o entidades”
También descartó que se den controles al ingreso de
dinero externo, pues considera que no es necesario en este momento, agregando
que también sería fácil evadirlos. Aparentemente el BCR aún mantiene el tema
bajo control, pero es incierto el escenario en el largo plazo y esa
incertidumbre hace difíciles las proyecciones. De momento la mejor opción es no
bajar la guardia y seguir impulsando medidas preventivas. No obstante, incluso
el escenario más pesimista no será catastrófico.
Bibliografía